jueves, 30 de julio de 2009

religion



¿Está de moda ser ateo? A juzgar por algunos acontecimientos en varias partes del mundo, la respuesta podría ser afirmativa.

En el Reino Unido esta semana abrió un campamento de verano un tanto particular: a Dios no le está permitido entrar.

Es que no lo organizan los scouts ni grupos religiosos.

Camp Quest es el primero pensado para jóvenes de padres ateos. La idea es fomentarles el pensamiento crítico a niños de entre 7 y 17 años y que disfruten un campamento "libre de dogmas religiosos".

Está "dedicado a mejorar la condición humana a través de la investigación racional, el pensamiento crítico y creativo, el método científico... y la separación de la religión y el Estado", aseguran los organizadores.

Los niños también jugarán, claro.

¿Nueva militancia?

La idea de este tipo de campamentos, que ya se realizan desde hace 13 años en Estados Unidos, coincide con una necesidad expresada por Richard Dawkins, biólogo evolutivo británico y uno de los principales defensores del ateísmo.

Dawkins, conocido por su beligerancia antirreligiosa, ha escrito el libro "La Falsa Ilusión de Dios", un manifiesto sobre la no existencia de un creador divino, y "El Gen Egoísta", entre otras obras.

Dawkins aboga por una nueva militancia que defienda el derecho de las personas a expresar libremente el hecho de no creer en Dios. Y que esto se traduzca en una mayor presencia de los no creyentes en la sociedad.

Ha emprendido campañas a favor del ateísmo y el libre pensamiento como la Out Campaign (Campaña para darse a conocer), donde se insta a los no creyentes a que "salgan del clóset" y se "liberen" porque, se asegura, "los ateos son más numerosos que lo que la mayoría de la gente piensa".

Pero no se trata solamente de darse a conocer. La idea es tener voz y voto en las discusiones sobre aspectos fundamentales en la sociedad. Así como cuando se hacen consultas para resolver dilemas se llama a grupos religiosos para que participen en el debate, cada vez más personas en todo el mundo están señalando que hace falta el punto de vista de quienes no tienen a un dios como punto de referencia de su código moral.

Esto además de asuntos más pragmáticos. Tradicionalmente las religiones han tenido un monopolio cuando se trata de acompañar a la gente en momentos cruciales de su vida. Los ateos están buscando una alternativa que le pueda ofrecer a quienes piensan como ellos una alternativa que no choque con su forma de pensar. Se trata, por ejemplo, de hacerle fácil a una familia en duelo marcar el momento con algún tipo de ceremonia que no les genere un problema moral.

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